jueves, 12 de abril de 2012

Muerte y vida de Bobby Z


Resulta que hay veces (muy pocas) que la gente (y no todo el mundo) acierta al recomendarme libros o autores. Y resulta, que un día vino una buena amiga y me dijo no se qué de un tan Don Winslow, que seguro que me gustaría, que es de ese "rollo" que me gusta a mí. Y entonces voy y un día veo que en la biblioteca hay un par de libros suyos disponibles y yo, que siempre voy a lo grande, me cojo los dos. Se llamaban "Muerte y vida de Bobby Z" y "El invierno de Frankie Machine". Esto fue hace dos días.

Muerte y vida de Bobby Z

Y el martes me sumergí en la vida de Tim Kearny, que, por qué no decirlo, debe ser uno de los antihéroes más típicos de la literatura: ex-marine, ladrón de poca monta, fracasado, con mala suerte... una gloria de hombre, vamos.

Resulta que este chico (que de hombre tiene poco), se parece a un señor de la droga llamado Bobby Z. Y hasta aquí puedo leer, porque seguramente no te habrás leído el libro, y destripártelo (como hace la contraportada del libro) es una putada bastante gorda.

Por lo que he leído por ahí, este libro fue escrito en los viajes en metro del autor, allá por 1997, y por esas fechas, el autor se dedicaba a ser investigador privado. Curiosamente, la trama le vendría grande a cualquier investigador privado de poca monta y es que, desde la primera página, te ves sumergido en una novela de finales del siglo XX que bien podría estar situada en los años 40, con el Padrino establecido en New York, con una mujer propia de cualquier novela negra que se ha convertido en un clásico, con un protagonista del que tan pronto te descojonas como te compadeces…

Su gran punto fuerte son los personajes. Están perfectamente caracterizados y trazados. En particular, el mítico One Way, un colgado que se llama así porque se metió un viaje de LSD del que no volvió. Los malvados de la novela son auténticamente malvados, mafiosos duros sin ningún escrúpulo cuyo único fin es joder al pobre Tim, que le vienen ostias por todas partes.

En definitiva, no es una novela de diez, porque aunque es brillante, no cala en ti. Puede ser un desengrasante de lectura, es decir, esas novelitas cortas (283 páginas) que lees entre tocho y tocho y que te ayudan a desconectar. Para eso sí que tiene el 10. Y para entretenerte, hazme caso, también.

Ah, por cierto, al parecer hubo una adaptación al cine de este libro, pero por lo que he leído en Filmaffinity, no merece la pena ni mirar su portada.

Ahora empezaré “El invierno de Frankie Machine” del cual tengo muy altas expectativas, porque, sólo con estar a la altura de este magnífico Bobby Z, merecerá la pena. Ya os contaré.

No hay comentarios:

Publicar un comentario